Antes de hablar de la muerte y de cómo superar el duelo, sería adecuado hablar de la vida. Hablar de este binomio que traemos de serie.
Porque la vida contiene a la muerte, y también, si lo miramos desde una perspectiva diferente, cuando algo se acaba, quizás sea el inicio de algo… simplemente distinto.
Si piensas por un momento en todas las confluencias que tuvieron que darse para que nacieras y pudieras hoy leer esto, creo que hasta la persona más escéptica podría dejarse seducir por un halo mágico.
Y sí, la muerte es un proceso complejo, pero… ¿qué me dices del nacer? De la sabiduría popular rescato aquello de “naces solo y mueres solo”.
Y si se tratara de cultivarte, de soñar… ¡de vivir! De usar eso que te dieron, esa máquina que es tu cuerpo, tu cerebro, que eres tú misma. “Naces sola, mueres sola.” Piénsalo…
Los dos momentos más intensos de tu vida los atraviesas contigo de compañera. ¿Y si el vivir fuese solo un entrenamiento para morir? Pese a que la muerte en muchas sociedades sigue siendo un tabú, te das cuenta de que vida y muerte tienen más cosas en común de lo que muchas veces pensamos.
El nacimiento está rodeado de felicidad, de días luminosos, de nuevos proyectos. ¿Y la muerte? En la mayoría de los casos tiene otro tipo de connotación, y es evidente que la sociedad de la inmediatez en la que vivimos no nos prepara para la partida, para “el momento del adiós”. Da igual si es el tuyo o el de otro, de ahí quizás que todo esté lleno de consejos que leer, porque “de esto no se habla”. Es por eso, que es necesario saber cómo superar el duelo, una de las preguntas más recurrentes cuando nos vemos en esta cruda situación.
Cómo superar el duelo ante la pérdida… ¿qué dice la psicología?
- La aceptación de lo sucedido: en una película “de domingo” escuché: “Cuando sentimos dolor, lo último que queremos es algo que nos haga sentir bien”. Y es que el postergar la elaboración del duelo es parte del propio duelo, de la aceptación. Aquí el miedo cumple una función de protección. Te cuida temporalmente para que no sufras. Sin embargo, es uno de los procesos más complejos. Según la teoría de Kübler-Ross ésta es la última fase, pasando antes por: la negación, la rabia, la tristeza, y la negociación. Al final la aceptación es lo que te dotará de los recursos para poder seguir.
- Guardar el juzgar: ante la pérdida debemos ser respetuosos con el proceso de duelo de la otra persona y bastante cuidadosos a la hora de juzgar cómo cada persona lleva su duelo. Cada ser humano tendrá diferentes recursos personales para vivir lo que sea necesario.
- Espacio, espacio: tenemos que dejar cierto espacio físico, emocional y temporal para que la familia o la persona en cuestión elabore el proceso de la pérdida a su manera.
- La canción repetitiva: En ciertas fechas como Navidad, cumpleaños o fechas señaladas, se hace más intenso el dolor de la pérdida. Yo lo veo como esa canción que se te mete en la cabeza y que no te la puedes sacar. Pero, de repente, tal como vino se va, o al menos está menos presente… ¿Te ha pasado? En estos momentos ser pacientes y considerados es una actitud que puede ayudar mucho.
- La vida sigue, sin esa persona: sin ese trabajo, sin ese proyecto. Entender esto, entenderlo de dentro hacia afuera es el 50% del camino. Siempre hay un después.
- Vivir el duelo como puedas: y como tus recursos personales te lo permitan, respetándote, dándote todo el tiempo que necesites.
- Rendir tributo al que ya no está: el hecho de que una persona muera no significa que no haya vivido y, por tanto, es importante y hasta necesario que se hable de ella y que se le recuerde (con todo lo que tenía bueno y lo que no era tan bueno). Es una manera también de elaborar el duelo, ya que cuando hablas o compartes lo que te ocurre estás generando “autoayuda”.
- Elaborar, elaborar y elaborar: debemos trabajar para cerrar el duelo. Muchos expertos hablan de la importancia de generar los espacios emocionales para, cuando se esté preparado, abandonar ese estado de duelo. Escribir una carta, hacer un dibujo, apoyar una causa, realizar un ritual de despedida… Sea lo que sea contribuirá a elaborar el duelo y por lo tanto a aligerar la carga.
Un recurso que tenemos los seres humanos para afrontar y entender lo que nos sucede son las imágenes y las metáforas. La que viene a mi cabeza ahora es la del ser humano, en sí mismo, como contenedor de vida, de muerte, de lo malo, de lo bueno, de lo festivo, del recogimiento.
Recuerda que cada noche un pedacito de nosotros muere, o en un sentido más pragmático, miles de células de nuestro cuerpo mueren y otras nacen y todo este maravilloso proceso ocurre cada día…
Otra imagen que me ayuda a entender este tema es la de la expansión del agua. ¿Has lanzado alguna vez una piedra a un lago? ¿Has visto una gota de agua caer en una fuente?
Observa las ondas que se forman La gota como símbolo de vida, y el vivir son las ondas que se van expandiendo y ocupando un espacio que casi es infinito hasta que la onda, aunque amplia, se desvanece, pero siempre dejando un rastro. Vida que contiene la muerte.
Por eso, como decía al principio, quizás la vida se trate de cultivar esa onda que expandes cada día con tus acciones y que alcanza a los que tienes cerca (tus hijos, tus compañeras de trabajo…), y si nos ponemos a soñar quizás tus ondas, como actos, puedan cruzar los océanos y tocar, aunque sea levemente, la vida de otros. Porque sí, me gusta pensar que en esta nave en la que viajamos y que otros llaman Madre Tierra, estamos unidos por lazos invisibles, pero eso sí, tan fuertes que pueden durar siglos
Si me preguntas cómo superar el duelo, puedo recomendarte dos lecturas. La primera, enfocada al duelo en niños y adolescentes. La segunda, para adultos:
- Vacío, de Anna Llenas Serra (para niños y adolescentes)
- La rueda de la vida, de Elisabeth Kübler-Ross (para adultos)
Cómo puedes ver, cómo superar el duelo no tiene una respuesta exacta. Cada uno actuamos de diferente manera, por eso, si necesitas ayuda, aquí me tienes. Puedes contactar conmigo desde aquí , estaré encantada de poder ayudarte.